FiloSalseo: Cuando la IA se convierte en el cronista irreverente de la Filosofía


Pincha sobre la imagen para acceder a la aplicación interactiva

Seamos sinceros. Para muchos de nuestros alumnos, la palabra "filósofo" evoca la imagen de un señor con barba, sandalias y una expresión de profundo aburrimiento existencial. Una figura de mármol, tan lejana y abstracta como sus propias ideas. Y seamos aún más sinceros: a veces, nosotros mismos, en nuestro afán por transmitir el rigor del pensamiento, contribuimos a mantener esas estatuas en su pedestal.

Pero, ¿y si pudiéramos coger un martillo digital y hacerlas añicos? ¿Y si, por un momento, tratáramos a los grandes pensadores no como bustos de museo, sino como los protagonistas de un reality show?

De esa herejía pedagógica nace FiloSalseo, una aplicación web que he estado desarrollando con la ayuda del modo Canva de Gemini, diseñada para una sola cosa: demoler la solemnidad y descubrir la escandalosa, absurda y profundamente humana cara B de la historia del pensamiento. Bueno, no es para tanto. Con que los estudiantes vean la filosofía como un juego dialéctico, un entrenamiento disfrutable para darle músculo a su cerebro, me conformo. 


¿En qué consiste FiloSalseo?

Imagina un cronista con alma de tiktoker y la mala baba de un 'hater' bien informado. Esa es la personalidad que le hemos dado a la IA. La aplicación funciona en dos modos principales:

  1. Expediente salseo: Eliges a cualquier filósofo o filósofa, desde los clásicos hasta los contemporáneos, y la IA genera un informe de inteligencia al más puro estilo cotilla. No se centra en la metafísica, sino en las miserias: sus traumas, sus líos de faldas (o de pantalones), sus 'beefs' con otros pensadores, sus problemas con la ley o sus vicios más inconfesables. Todo culmina con un "Salseómetro" que puntúa su nivel de drama, ego o postureo, y una votación interactiva para que el estudiante emita su propio veredicto.

  2. Batalla filosófica: Aquí el caos se desata. Se enfrentan dos pensadores en un ring dialéctico. La IA genera una conversación de chat entre ellos, pero como si fueran adolescentes de hoy: usando slang, referencias a la cultura pop, memes y zascas que harían sonrojar a un rapero. Al final, un "Veredicto" analiza quién ha ganado en categorías como "Mejor Zasca" o "Ganador General".



¿Cómo funciona esta brujería digital?

Detrás de la fachada gamberra hay un trabajo de "doma" de la IA bastante afinado. No se trata de un simple chatbot. Cada vez que el usuario pide un informe, la aplicación envía un prompt muy específico a un modelo de lenguaje (Gemini). Este prompt no solo pide información, sino que le da a la IA un rol, una personalidad.

Le exigimos que nos devuelva los datos perfectamente organizados: el perfil íntimo en un campo, las rencillas en otro, los niveles del Salseómetro como números del 0 al 100... Esto nos permite tomar esos datos y presentarlos en la interfaz de una forma visualmente atractiva y ordenada, en lugar de recibir un bloque de texto plano. Es, en esencia, obligar a la IA a trabajar como nuestro guionista y documentalista personal.


¿Para qué sirve tanto salseo?

Aquí es donde el sacrilegio se convierte en estrategia. La utilidad didáctica de FiloSalseo es múltiple:

  • Humanización y empatía: Demoler la estatua es el primer paso para que los alumnos vean a Nietzsche, a Simone de Beauvoir o a Diógenes como personas de carne y hueso, con contradicciones, pasiones y problemas. Y es mucho más fácil interesarse por las ideas de alguien con quien, de alguna forma, puedes conectar.

  • Catalizador del pensamiento crítico: El "Salseómetro" o el "Veredicto" no son la verdad absoluta; son una provocación. Obligan al estudiante a preguntarse: "¿De verdad era tan 'hater'? ¿Estoy de acuerdo con que este zasca es el mejor?". La votación posterior ("¡AHORA VOTAS TÚ!") les fuerza a tomar partido y, con ello, a empezar a construir un juicio propio a partir de la información presentada.

  • Conexión con el presente: Al traducir las rencillas históricas a un formato de 'beef' de Twitter o al comparar a un filósofo con un personaje de una serie, la aplicación crea puentes culturales. Demuestra que las grandes preguntas y los grandes dramas (el ego, la traición, la búsqueda de la fama, la ansiedad) no han cambiado tanto.

  • Motivación intrínseca: Seamos claros: el salseo engancha. La aplicación utiliza formatos y lenguajes que los alumnos ya consumen por placer (chats, rankings, votaciones) para introducir contenido curricular de forma casi clandestina.


Dos ideas para el aula

  1. El rompehielos: Antes de empezar a estudiar a un autor denso como Kant o Hegel, lánzales su "Expediente Salseo". Dedica 15 minutos a explorar su perfil, a debatir su "Salseómetro" y a votar. O proponles ese salseo en medio del tema o al final, para ablandar el estudio.

  2. El tribunal de la Historia: Utiliza una "Batalla Filosófica" como caso de estudio. Divide la clase en dos "bufetes de abogados", uno por cada filósofo. Su tarea es analizar la batalla, identificar los argumentos fuertes, las falacias, los golpes bajos y preparar una defensa final. Cada equipo debe exponer ante el resto de la clase (el jurado) por qué su "cliente" es el ganador moral e intelectual del enfrentamiento.


La pregunta ya no es si debemos usar la IA, sino si nos atrevemos a usarla para que el aprendizaje sea más motivador y real. ¿Te atreves a desatar el salseo?


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