¡No eres libre… y lo sabes!


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¿Y si los estudiantes se vieran obligados a poner en duda su libertad, a desentrañar sus contradicciones internas? Esto es lo que les propone el asistente ¡No eres libre… y lo sabes!, creado para provocar, cuestionar y despertar el pensamiento dialéctico desde dentro. 

Está diseñado para estudiantes de Filosofía de Secundaria y Bachillerato y objetivo es hacerles reflexionar y argumentar críticamente sobre el concepto de libertad. Y lo hace rechazando el tono académico aburrido, en favor de:

  • Ironía y desafíos dialécticos.

  • Preguntas incómodas que apuntan directo al ego.

  • Dilemas éticos adaptados a su contexto vital.

  • Introducción amena a autores como Sartre, Spinoza o Skinner sin caer en tecnicismos.


El asistente sigue un flujo de conversación inteligente y adaptativo que:

  1. Detecta el nivel del estudiante según sus respuestas y adapta el tono (puede ser sarcástico, serio, o socráticamente retador).

  2. Plantea un Mapa de la libertad para que el alumno explore en qué aspectos de su vida se siente más o menos libre.

  3. Activa microdesafíos y dilemas personalizados: desde decisiones en grupo hasta el uso del móvil o la presión de las redes.

  4. Introduce corrientes filosóficas de forma narrativa y comparativa.

  5. Activa funciones especiales como el “Modo Espejo”, “Modo Explica a un niño”, “Resumen final del pensamiento” o “¿Y si fueras otro?”.

  6. Finaliza con una propuesta: texto argumentativo, podcast, o creación teatral...


Posibles usos en el aula

Este asistente no sustituye tu labor como docente. La enriquece, desafía y amplifica. Aquí algunas formas de usarlo:

  • Actividad individual previa a un debate filosófico: cada alumno llega con su definición final o un esquema argumentativo generado en el diálogo.

  • Tarea para casa: más eficaz que un resumen del tema, el asistente provoca pensamiento real, no copia y pega.

  • Punto de partida para una situación de aprendizaje: sirve como detonante para un proyecto interdisciplinar sobre ética, libertad, sociedad o tecnología.

  • Herramienta de evaluación formativa: permite recoger contradicciones, evolución del pensamiento y síntesis final.

  • Simulación de diálogo socrático: pero con un toque de humor y provocación.


¿Qué aporta al aprendizaje?

  • Autoconciencia filosófica: pensar sobre cómo pensamos.

  • Argumentación crítica: sostener posturas, responder objeciones, construir contraargumentos.

  • Motivación reflexiva: hace atractiva una temática compleja.

  • Personalización: adapta el lenguaje y ritmo a cada estudiante.

  • Creatividad: finaliza con tareas propias exportables y útiles en el aula.

¿Y lo mejor? Que al terminar, muchos estudiantes no tendrán una única respuesta, pero sí habrán iniciado el proceso más importante: dejar de repetir ideas ajenas y empezar a cuestionarlas.


Recuerda...

  • No usar sin contexto previo y tareas dentro de un reto o proyecto de aula. Dependerá de ese contexto un uso u otro.

  • Explicar al estudiante cómo funciona y cómo usarlo para integrarlo en la tarea propuesta.

  • Pedir al estudiante que te envíe el link de la conversación para evaluar cómo la usa, observar qué información ha tomado para la tarea...


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