Una declaración de intenciones
Hace un par de años ningún docente compartía ríos de tinta sobre IA educativa, ya sea para alabar sus virtudes o despotricar contra sus peligros. Se contemplaba el fenómeno como una moda peregrina, con más pirotecnia que potencial. En un año, lo más frecuente era leer párrafos de exorcismos contra lo inevitable. Docentes universitarios preocupados porque los estudiantes podían copiar con efectividad cualquier texto académico y docentes de secundaria sin prever la que se les venía encima. Hoy, la moda deviene en hecho y tendencia, distopía a ojos de muchos, preocupación y expectación por parte del resto.
Cada vez más docentes perciben que la IA está para quedarse y reconfigurar hábitos y modos de aprender, comunicarse y trabajar. Sin embargo, pocos docentes comparten ejemplos prácticos de las limitaciones y posibilidades de incluir la IA generativa en el aula. Su uso didáctico es residual. Escasean los cursos en los que un docente pueda mostrar experiencias reales de uso continuado de IA generativa con fines didácticos en Secundaria. Este reto es el que desde hace más de un año me he propuesto. No solo llevo dos años aplicándolo en el aula, sino que intento compartir ejemplos reales de buenas prácticas con docentes que empiezan a percibir que la mejor defensa es un buen ataque: aprender a usarla.
¿Cómo?
Algunas pistas para abrir boca
- No te quejes, actúa. Aprende y prueba, evalúa y mejora.
- No la uses como enciclopedia. No es ese su potencial.
- No la uses para que te haga x tarea. Válete de ella para aumentar tu conocimiento y activar tus capacidades de comprensión y resolución.
- Busca enfoques creativos que la conviertan en una herramienta vehicular para un aprendizaje significativo, que potencie en los estudiantes destrezas cognitivas en vez de sustituirlas por la efectividad de la máquina.
- No esperes a que tus estudiantes aprendan a usarla. Enséñales a hacerlo. Cuando nació Google, también era necesario saber buscar. Toda herramienta necesita entrenamiento previo antes de ser usada. Para ello, el primero en entrenarse debes ser tú, docente.
- No esperes aprender rápido. Requiere paciencia y constancia. Si tú eres inteligente, la IA te ayudará. Si esperas rapidez, te ofrecerá algo genérico e ineficaz en contextos específicos.
- No escuches a quien se queja y no ofrece nada a cambio. La mejor arma es escuchar y compartir. Acércate a quien sabe de lo que habla porque lo ha experimentado a pie de aula, con la modestia y sinsabores de nuestro oficio. Nada es fácil, nada es malo per se.
- No pierdas la esperanza ni creas que este mundo por venir será un desastre. Hay que confiar y apoyar a nuestros alumnos, creer en ellos. Serán ellos quienes deben afrontar lo que está por venir. Nosotros somos un puente. Nada más. A menudo vemos la realidad desde la perspectiva deformante del pasado, sin percibir las oportunidades y huellas de la esperanza que se oculta en los detalles.
Ánimo, maestros, profes.
Estimado Rsmon, como ha venido siendo costumbre, coincido en lo que planteas. Y lo hago como un profe que se negaba al uso de la tecnología digital para sus clases. Hasta que un trozo de realidad aplica me hizo comprender quen9 me quedaba otra. Así la tecnología ahora es un recurso que duelo emplear cotidianamente y no solo el digital sino toda aquella que sea capaz fe resignificar o permitirme recrear desde la inventiva y el oficio, una clase. Ya te lo he dicho, impacto clases de metodología lo que no resulta fácil para el universitario, pero ahí vamos u desde elmperiodo anterior la IA se sumo a mis recursos. En este periodo, de lo que nos has compartido espero emplear unos 3 sistemas inteligentes. Ya te contaré. Gracias por tu generosidad
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