Uso educativo de los asistentes personalizados (GPTs)



Hace no mucho, OpenAI abrió la posibilidad de crear con su cuenta de pago de ChatGPT asistentes personalizados que por ahora solo pueden compartirse con otros usuarios de pago. Recientemente, Microsoft anunció que va a seguirle con su propio creador de GPTs en Copilot Pro, también de pago. Sin duda, Google le seguirá en breve. En una carrera veloz e imposible por hacerse con el monopolio de esta revolución tecnológica, las grandes del sector compiten por ofrecer el producto que se convierta en hábito cotidiano en las rutinas cotidianas, educativas y profesionales de los ciudadanos de un futuro no tan lejano. Esperemos que los asistentes se puedan compartir, favoreciendo la innovación educativa. De no ser así, podrían ser las administraciones -no caerá esa breva- quienes deberán abrir servidores libres desde el que poder crear asistentes educativos. Es más previsible que si no se abren los asistentes, su creación será residual durante mucho tiempo y vendrán las editoriales a generar un nuevo negocio: asistentes de IA adaptados a un área y nivel determinado, y asistentes de programación didáctica para docentes.  

Los GPTs permiten crear asistentes educativos, alimentados con documentos personalizados con las necesidades de docentes y alumnos. Imaginad poder adjuntar los contenidos de área, adaptados a tu grupo de alumnos, y que los alumnos puedan consultar cualquier contenido sin tener que ir a una página de un libro estandarizado. ¿Podría ser un sustituto de los libros de texto tradicionales? Las editoriales de seguro estarán pensando en esto e intentarán adelantarse a la posibilidad de que sea el docente quien genere libremente y de forma gratuita sus contenidos. 

Hoy por hoy, el hecho de que ChatGPT Plus sea de pago y que la IA entre en las rutinas docentes muy despacio provoca que no existan muchos y eficaces ejemplos de uso. Los docentes que estamos empezando a implementarlo en el aula lo hacemos desde el natural ensayo-error y un aprendizaje en constante reciclado, al son acelerado de los cambios mensuales a los que nos acostumbra una tecnología en periodo de latencia. Se usan prompts de uso público con versiones gratuitas y otras herramientas que empiezan a protagonizar las rutinas de aula, pero la creación de GPTs es experimental y privada, compartida por los docentes que tienen la versión de pago. 

La apertura de una tienda gratuita de GPTs educativos sería una gran noticia para los docentes que empezamos a crearlos. Permitiría testar su eficacia en el terreno y no crear solo asistentes para el docente (para gestionar su enseñanza y la carga burocrática), sino también para que el alumno los use en sus rutinas de trabajo: asistentes de contenidos de área, asistentes de ayuda al estudio y autoevaluación, asistentes de creación de contenido, tareas y proyectos. 

En mi caso, he empezado creando tres GPTs: (aún en desarrollo, pero abiertos)

  • EBAU Filosofía Extremadura: asistente para que el alumno de 2º de Bachillerato de Historia de la Filosofía de Extremadura consulte dudas acerca de la preparación de la prueba. 
  • Historia de la Filosofía Antigua y Medieval: asistente para que el alumno de 2º de Bachillerato de Historia de la Filosofía pueda consultar contenidos de este área. 
  • Análisis de contenidos educativos: asistente para que el alumno pueda analizar, evaluar y corregir los contenidos educativos que va creando: apuntes, esquemas, tablas, mapas conceptuales y visuales, guiones... 

De este último os dejo este micro vídeo de ejemplo de cómo analiza los elementos de un mapa visual que creé para mis clases de Filosofía. Reconoce la estructura de contenidos del mapa visual, analiza cada elemento e interpreta las metáforas visuales, además de sugerir mejoras.



En privado, para uso interno, tanto en la gestión como el diseño de tareas, proyectos y consultas, voy probando y limando los usos más efectivos, que después aplico en mis aulas de primero y segundo de Bachillerato. 

Existen usos genéricos, descontextualizados, que a través de los GPTs que tú generes o los que otros han creado, pueden facilitarte mucho el trabajo diario, como el análisis y creación de texto, vídeo y audio. Es un proceso de aprendizaje constante, que va desarrollándose a la vez que una tecnología en fase beta, aún sin determinar rutinas educativas, con recelo y tímido interés entre el profesorado. A la vez que voy aprendiendo voy aplicando en el aula. Como una herramienta más. 

Eso es por ahora, una herramienta más. Pero no lo será a medio plazo. Es previsible que en unos años reconfigure hábitos de consumo, comunicación y trabajo. El primer paso será cuando en poco más de un año todos los móviles tengan una IA que transforme la forma de uso, previsiblemente hacia formatos multimodales. Ya los alumnos están empezando a notar ese cambio: del texto largo al tuit con emoticono, y de ahí al micro vídeo. Los alumnos ya se envían más micro audios que textos cortos. El siguiente paso se dará cuando todas las plataformas hegemónicas de aprendizaje y comunicación (Microsoft, Google, Apple...) tengan integrada IA en su espacio de trabajo. La mayor parte de los alumnos españoles ya usan alguno de esos workspaces. En breve, veremos IA que le permitirá al alumno crear una presentación, un documento de texto o una imagen, y no más tarde audio y vídeo, a partir de prompts específicos. Ya existen herramientas que lo hacen, pero no en un entorno de aprendizaje digital unificado. El móvil será el primer entorno, los workspaces los siguientes. 

Las tareas de localizar, resumir y analizar, las rutinas de ejercicios tradicionales de libro de texto, pueden hacérselas una IA en segundos. Sin duda, deberemos buscar fórmulas de aprendizaje que propicien un aprendizaje significativo, evitando el copia y pega y favoreciendo la comprensión y reconstrucción analítica y creativa de contenidos. La pregunta no es si la IA es o no enemiga del aprendizaje, sino qué podemos hacer para que sea aliado suyo.

Entrenarnos en  el uso y aplicación de IA generativa puede ayudar a ir comprendiendo las posibilidades, límites y riesgos de esta tecnología, y enseñar a nuestros alumnos a usarlas para aprender. 

Los asistentes en concreto pueden suponer un excelente aliado del docente para:

  • Entrenar asistentes para simplificar la burocracia y diseñar programaciones didácticas personalizadas.
  • Crear asistentes que ayuden a diseñar experiencias de aprendizaje, tareas, recursos, proyectos.
  • Diseñar modelos de evaluación personalizados, que atiendan a las necesidades de cada alumno. 
  • Crear asistentes de contenidos de área que sustituyan o complementen el uso de libros de texto en papel o digitales, y que los adapten a cada grupo y objetivos del docente. 

Sería muy deseable que los servicios de innovación educativa empezaran a pensar en ofrecer servidores de código abierto a los docentes donde poder crear asistentes gratuitos. Imaginad una tienda de asistentes a disposición de todos los docentes, utilizables tal cual o readaptables a cada contexto y necesidad. Lo veo ciencia ficción, aunque fácilmente realizable. No solo por falta de voluntad de las administraciones, también porque sería una guerra contra las editoriales. Lo que sí sería demencial es que las administraciones no aprovecharan las virtudes de la IA para reducir la burocracia. 

De momento, estamos en una fase de tanteo, descubrimiento y ensayo-error, de compartir experiencias con IA, de formarnos, de confiar y prevenir. 


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