Entrenar destrezas cognitivas en tiempos de la IA



Cuando se abrieron al ciudadano medio las IA generativas, numerosos docentes se mostraron preocupados por el impacto que éstas podrían llegar a tener sobre los hábitos de trabajo del alumnado, especialmente en el desarrollo de destrezas cognitivas básicas de comprensión, análisis, esquematización de contenidos y la reconstrucción crítica y creativa de los mismos.

Esta preocupación no es nueva. La bajada en los índices de lectura y compresión lectora han disminuido y es fácil encontrar alumnos universitarios que presentan graves dificultades al respecto. Si a esto añadimos la capacidad de deconstruir contenidos, los índices se despeñan. Algunos analistas consideran que el uso generalizado e indiscriminado de la tecnología en la vida cotidiana y la carencia de criterios pedagógicos sólidos para su uso en la escuela, han favorecido estos déficits.

El entrenamiento durante los años de estudios obligatorios en esas destrezas favorece que en estudios posteriores el alumno posea estructuras cognitivas sobre la que afianzar sus conocimientos con herramientas eficaces que le faciliten su comprensión, análisis y aplicación. Una metodología centrada en un estudio pasivo de los contenidos -leer, memorizar, soltar en un examen y olvidar- debilita aún más esa capacidad. Los alumnos deben aprender a comprender, discriminar, definir, relacionar, esquematizar, estructurar, reescribir racionalmente los contenidos, armándolos con estructura lógica y argumentos. Estas tareas no vienen de serie, se entrenan.

Mis alumnos de Bachillerato, cuando empezamos el curso, me reconocen no saber estudiar. Confiesan haber aprendido a estudiar a pelo, subrayando todo el libro, memorizando un par de días antes (a veces horas antes) del examen y listo. Y a muchos les funciona; sacan buenas notas, se adaptan a un sistema que solo les pide esas destrezas.

La irrupción de aplicaciones que utilizan IA, como esta que esquematiza texto, termina en segundos el arduo entrenamiento que al alumno le llevaría horas realizar y años dominar con cierta competencia. ¿Que se lo haga una IA otorga aún mayor excusa para no trabajar estas destrezas en el aula? ¿Llegará un día en que ni nos planteemos que el alumno deba desarrollarlas? ¿Cómo podrá un alumno desarrollar estudios superiores sin poseer esas destrezas? ¿Serán innecesarias en los trabajos del futuro? De ser así, la escuela acabará desechándolas. Los alumnos tan solo deberán saber cómo usar tal o cual herramienta para determinada acción.

Siendo más prácticos y optimistas, ¿pueden estas herramientas ayudar al alumno a entrenarse en el hábito de esquematizar contenidos de aula, para después de forma autónoma ser capaces de desarrollar esas destrezas en múltiples contextos de aprendizaje? El que escribe opina que no. El uso de papel y bolígrafo a la hora de diseñar esquemas o mapas visuales facilita que el alumno se esfuerce por procesar más lentamente y profunda las estructuras lógicas de los contenidos. Hacerlo digitalmente, a no ser que el objetivo sea otro, vuelve al cerebro más vago. Esto no quiere decir que la tecnología no sea una excelente aliada en el diseño de contenidos o proyectos educativos. Pero conviene recordar la importancia que tiene que el alumno se entrene analógicamente en estas destrezas, aprendiendo a equivocarse como parte natural del proceso de aprendizaje.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la tecnología no es el único factor que impide que estas destrezas se trabajen en el aula. Debe ser un compromiso esencial de las políticas educativas en materia de formación del profesorado y voluntad compartida por los docentes.

Por último, hay que tener en cuenta que estas herramientas aún son rudimentarias (véase el ejemplo que muestro más abajo), no se adaptan a especificaciones precisas. Sin embargo, es cuestión de tiempo que lo hagan. Aplicaciones como Miro o Canva ya ofrecen servicios muy eficaces a este respecto que permiten que el alumno presente de una forma más estética y estructurada esquemas que previamente ha pensado y diseñado. Miro, además de esto, ofrece múltiples modelos de esquematización de contenidos y diseño de proyectos. Estas herramientas a priori, con un entrenamiento analógico previo en el aula, son eficaces aliadas de un aprendizaje significativo.

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